sábado, 6 de enero de 2007

Soneto a la Publicidad

Hacer publicidad es hacer verdad,
binomio esencial de la vida buena:
lo que el hombre necesita, anhela,
¿quién lo tiene y brinda? ¿dónde está?
 
Responde a esta cuestión la publicidad
blandiendo razones y estrategias
y con creativo afán, tesón y entrega,
conecta esos sueños a la realidad.
 
Algo de hada y su varita mágica,
algo de genio en lámpara escondido,
tiene en su esencia cada publicista:
 
de noche a luz, de idea a práctica,
del bosquejo al fruto concebido,
noctámbulo hacedor, obrero, artista.
 
León Mayoral
Agosto 16, 2005

El artista mayor

Pintaba el artista un trozo de cielo
mezclando colores con firme destreza,
recreaba en su cuadro la naturaleza
con nubes, montañas y aves en vuelo.

De arriba bajaban, lo puso en su lienzo,
geométricos rayos de un sol que las
nubes cubrían, de un sol a la espera
de un viento propicio que limpiara el cielo.

Lo que él no sabía, ¡feliz inocencia!
fue que aquellos rayos no eran sino cerdas
de un pincel mayor de un mayor artista

que a su vez creaba en su cuadro la vida
con nubes, montañas y aves al vuelo
y pintor con lienzo y escritor de versos.

Sociedad de consumo


La finalidad de nuestra sociedad: el consumo
Poco a poco, desde la Segunda Guerra Mundial, las grandes compañías transnacionales se han apoderado del comercio de gran parte del mundo, imponiendo sus intereses primordiales.

Las trasnacionales, verdaderas gobernantes del mundo capitalista han programado a la sociedad para una sola función: el consumo. Con ese fin, las grandes empresas se han venido apoderando de los medios de comunicación (tv, radio, prensa, cine) con los que ordenan a la sociedad qué consumir.

Desde las pantallas de la televisión, los mercaderes nos ordenan qué comprar, qué vestir, cómo votar, qué medicinas tomar, que beber e, incluso, cuándo externar nuestros más íntimos afectos.

La televisión y las grandes revistas y publicaciones nos dicen cómo comer, qué moda usar este año, qué cantar, cómo bailar, qué cine ver, a qué equipo apoyar en el futbol o en el beisbol, qué discos comprar, qué leer, en quién creer, dónde vacacionar… y hasta dónde invertir los ahorritos.

No somos más que un instrumento teledirigido de las grandes compañías que nos empujan a sacrificar nuestra seguridad económica por adquirir –a crédito- toda clase de inutilidades dizque prácticas.

Desde que el niño nace a este mundo es sometido a la “escuela” televisiva: su cerebro sufre modificaciones para vivir dependiendo de los mensajes de la caja idiota. La autoridad ya no son los padres ni los maestros, ahora es la tele.

Se recomienda la lectura de La truculenta historia del Kapitalismo. Rius. Grijalbo. México. 1998

El realismo existencial


Para todos los que existimos hoy en concreto, el que la historia haya sido, aún con sus yerros y sus males, exactamente como fue, ha constituido un bien.

Esto no quiere decir que cualquier cosa ocurrida fuera buena en el plano ético; pero sí que ha propiciado un bien para nosotros en un plano existencial, ya que debido a que la historia ha sido así como fue, se ha dado la única posibilidad de que nosotros hayamos sido engendrados.

Si la historia hubiera sido distinta, habría sucedido que los enamoramientos entre las personas, los encuentros amorosos a lo largo de los tiempos, habrían sido diferentes y hoy habría en nuestro mundo otras personas, pero ninguno de los que existimos hoy.

Este concepto podría ser fácilmente entendido en el plano histórico; se ve claro que otros “conquistadores” habrían engendrado otros seres por que habrían aportado otros genotipos en la mezcla racial.

No obstante, la cuestión no es sólo de una mera curiosidad genética. El estar conscientes de esta realidad --que es evidente-- propicia el desarrollo de nuevos pensamientos y concepciones respecto a nuestra existencia y nuestra relación con las demás personas. De hecho, nos permitiría una nueva concepción de nosotros mismos y de nuestro papel en esta vida.

El presente seminario trata de estos temas, la incidencia de la clara conciencia del ser yo y su efecto en la educación, el trabajo y la vida cotidiana. Que nueva actitud nace de considerarnos seres nuevos cada día, libres, potentes y capaces de transformar el presente.

Rubio / Mayoral