miércoles, 29 de septiembre de 2010

El publicista de hoy

El desarrollo de la sociedad va marcando la evolución de sus protagonistas. Conforme se avanza y progresa, el servicio que brindan los diferentes profesionistas va cambiando, exigido por la cambiante situación.

En verdad ese cambio es constante, sólo que a veces nuestros humanos ojos no lo perciben en su brevedad y llegamos a creer que la situación es “estable” y sin mutaciones.

Pero la vida es nueva cada día. Ante las exigencias de hoy, el papel del profesional de la publicidad, según la sociedad en que se desarrolle, también experimenta cambios. Apoyémonos en las reflexiones del gran publicitario americano Albert Lasker para puntualizar este nuevo rol del publicista hoy.

En la actualidad, el publicista experto sabe que la publicidad por su misma naturaleza es el milagro, no su ropaje. Él conoce el enorme poder de la publicidad y lo usa de modo correcto. Conoce sus limitaciones y ya no afirma que sirve para todo.

Hoy los principales consultores de publicidad, en esa aldea global a la que pertenecemos, son tan inteligentes como los de toda época y toda latitud. Con su experiencia han aprendido que los resultados realmente extraordinarios se verifican en la caja registradora del negocio.

En los primeros años de la publicidad, las prácticas eran primitivas. Quizás aún lo es en algunos lugares de nuestro país, con personajes que con aspavientos y retórica confunden a los legos y se llevan el gato al agua, sin brindar ningún resultado en correspondencia.

En la actualidad, el publicista experto, como capitán de un gran barco, permanece en el puente de mando y en silencio dirige varias fuerzas de venta, seguro del poder de la comunicación.

El frenesí de otras épocas -radicadas en el desconocimiento de los factores del éxito en la motivación de la conducta- ha sido reemplazado por una actitud que consiste en analizar los hechos con frialdad y con espíritu crítico. Los hombres que han aprendido a lo largo de su experiencia no se dejan llevar por suposiciones teóricas, y mucho menos por arrebatos creativos.

El publicista provisto de rica experiencia sabe cómo ahorrar tiempo y dinero. Los más sensatos son los menos ruidosos. Saben prescindir de los movimientos superfluos, como sugeriría el Tao. El empresario inteligente ya no quiere simplemente un dinamismo incontrolado y un excesivo fervor.

Como afirma Albert Lasker, “el milagro de la publicidad es que, cuando se aplica basándose en el sentido común, produce resultados mágicos”.

Se sugiere la lectura del libro “Campañas publicitarias exitosas”. Albert Davis Lasker. McGraw Hill. México. 1992. ISBN 970-10-00-28-5

viernes, 24 de septiembre de 2010

4 Pasos para el éxito de una campaña


Los resultados en ventas de un anuncio publicitario, no se dan exclusivamente por su presencia en medios y su frecuencia. Su éxito depende de cumplir con suficiencia cuatro características:

1. Fuerte propuesta de venta: el beneficio ofrecido debe resultar relevante para el público objetivo. Si partimos de una firme propuesta de venta, el 70% de las aplicaciones publicitarias (diversas piezas) tenderá a ser fuerte.

2. Diferenciación de marca: la percepción del público respecto a la oferta educativa, ha de dejar claro su perfil y singularidad.

3. Ejecución: al momento de la realización publicitaria se habrá de trabajar con cuidado de no desenfocarse del producto, incluyendo distractores en su elaboración.

4. Renovación: considerar que la semántica de la Publicidad tiene un natural desgaste y se hace necesario renovar los mensajes.

martes, 14 de septiembre de 2010

Los errores más comunes en la creatividad publicitaria

• Esperar demasiado de la creatividad en el texto y en el arte.
• Imitar en vez de analizar.

• Tratar de captar la atención variando la forma en vez del contenido.

• Jugar demasiado con el tipo.

• Un logotipo de marca o empresa de tamaño incorrecto.

• No concentrar el anuncio en el lector, el televidente o el oyente.

• Burlarse del consumidor.

• Usar juegos de palabras en el titular.

• Divertir en vez de vender.

• No suscitar la emoción apropiada.

• No aprovechar las ventajas específicas del medio de comunicación,

especialmente la televisión.

• No aprovechar la calidad intrínseca del producto.

• Promover las ventas de la competencia.

• Concederle más importancia al gusto del dueño de la compañía que a lacreación de anuncios eficaces.

• Creer que la publicidad es más poderosa de lo que es.



Tomado de "Cómo evaluar su publicidad". Selección de Claudio Soriano. Editorial Díaz de Santos. Madrid. 1988. ISBN 84-86251-98-2


martes, 7 de septiembre de 2010

Tareas del marketing


Por León Mayoral.

Sea cual sea el elenco de medios de nuestra eventual campaña de mercadotecnia, no deberemos perder de vista que toda acción deberá estar enfocada siempre a lograr cuatro objetivos clave:

1. Generar conocimiento del producto o marca en la mente del público meta.

Que la gente sepa de la existencia de nuestro producto o servicio; que conozca su nombre, su definición, sus principales atributos.

2. Posicionar el producto o marca como una opción en la elección del público.

Que la gente tenga claro que, en concreto, algunas de sus necesidades pueden ser satisfechas con la utilización del producto que le ofrecemos.

3. Cubrir suficientemente el canal con material gráfico de apoyo a ventas y refuerzo a posteriori.

Que la gente encuentre nuestra imagen en los diversos lugares y momentos por donde se mueve y reconozca en ella la comunicación que le hemos transmitido.

4. Dirigir un flujo semántico constante de los beneficios del producto o marca hacia el público para que lo encuentre pertinente y deseable en su vida.

Que la gente tenga patente que los atributos que le hemos ofrecido como parte de nuestra difinición de beneficio, están a su alcance.

Ante cada acción de mercadotecnia realizada nos deberemos cuestionar si está respondiendo, y de qué manera, a alguno de estos cuatro objetivos clave señalados.